Establecimiento de la Jornada Mundial de los Pobres por el Papa Francisco
A la luz del «Jubileo de las personas socialmente excluidas»*, mientras en todas las catedrales y santuarios del mundo se cerraban las Puertas de la Misericordia, intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,31-46). Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada persona bautizada a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado en la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mt 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción continua de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia.
Extracto de la Carta Apostólica Misericordia y Misera, 20 de noviembre de 2016
*El «Jubileo de las personas socialmente excluidas» es el nombre que el Santo Padre dio a nuestro encuentro de Fratello en noviembre de 2016.
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